martes, 20 de diciembre de 2011

TRABAJO CON LA PELÍCULA - FELIZ NAVIDAD ( JOYEUX NOËL) 1ª PARTE

La Navidad pasada descubrí en el maravilloso Blog de Alfonso Mendiz - JESUCRISTO EN EL CINE del que ya he hablado en algún otro blog en el que escribo la película "Feliz Navidad" - Joyeux Noël .



http://jesucristoenelcine.blogspot.com/2010/12/feliz-navidad-los-villancicos-que.html

Desde entonces había deseado verla y por unas razones o por otras se me pasó el tiempo sin hacerlo. Una lástima porque el film merece mucho la pena. Pero por fin, hace unas semanas la vi en casa y me emocionó de tal manera que sentí que tenía que ponérsela a los chicos en clase y trabajar la multitud de valores que encierra.

Lo más alucinante de la peli es que narra un hecho real del que quedan multitud de imágenes y cartas sobre lo sucedido, pero que es muy poco conocido. En realidad la peli habla del triunfo de LO HUMANO, DE LA BONDAD, EL AMOR Y LOS VALORES POSITIVOS QUE TODOS ENCERRAMOS EN NUESTROS CORAZONES Y ALMAS sobre el horror de la guerra, la violencia, el odio y el poder.

En algún blog de cine bélico he leído críticas negativas sobre escenas de la película que miradas desde otro punto de vista son maravillosas. Pero para eso debemos aclarar muy bien una cosa antes de nada .

¡ NO SE TRATA DE CINE BÉLICO SEÑORES, SE TRATA DE TODO LO CONTRARIO ! la película es UN CANTO A LA PAZ Y A LA FRATERNIDAD y por lo tanto, desde ese punto de vista, las escenas que a los amantes de las grandes batallas en pantalla les parecen sosas, almivaradas o blandengues, se convierten en emocionantes, conmovedoras y vibrantes.

Y es que el guionista y director de la peli Christian Carion tiene claro desde el principio de lo que quiere hablar y sobre lo que nos quiere llamar la atención, por eso pone en boca de estos inocentes niñitos semejantes palabras.

ASÍ EMPIEZA FELIZ NAVIDAD.


Para escuchar los escalofriantes poemas basta esta muestra, pero se puede ver con mayor resolución en:

http://www.youtube.com/watch?v=Fy-9-6bNy1U

Antes de continuar con la segunda parte y que os destripe la película, si no la habéis visto, por favor hacedlo. Es una película que merece la pena y un hecho histórico que debemos conocer, contemplar y reflexionar sobre él.

Para los profes que queráis trabajar esta peli en clase os dejo la sencilla guía de trabajo que les doy a los chicos siempre que hacemos una visualización de películas. No es por amargarles la peli, es para que estén atentos y no acaben comiendo chuches a escondidas. A pesar de tener que hacer el trabajo, les ha gustado mucho. En siguientes artículos comento la peli por partes y publico comentarios de los chicos en momentos clave de algunas escenas.

El trabajo es este:

https://docs.google.com/document/d/1DHJPJSQQWbLLVt3HS3M5_AMdPcjiZaUEJ3YYoQkKP2o/edit?hl=es

martes, 27 de septiembre de 2011

TRABAJAR LAS NORMAS DE CONVIVENCIA CON LA PELÍCULA LOS NIÑOS DE TIMPELBACH

Una cosa muy difícil de entender para un adolescente es que "LAS NORMAS SON BUENAS".

Para la mayoría de mis alumnos las normas son imposiciones antojadizas que un grupo de aburridos se ha inventado para fastidiarles todo lo posible y amargarles la existencia en los centros donde han estado.

Si el problema de vuestros alumnos es ese, ponedles en tutoría  "LOS NIÑOS DE TIMPELBACH".






Aunque tal vez las edades ideales para emocionarse con la peli ronden más los primeros cursos de la ESO e incluso el último ciclo de primaria, lo que nosotros queremos utilizar de ella funciona con nuestros alumnos.

¿Y qué queremos conseguir de ella? 

QUE ENTIENDAN LA NECESIDAD ABSOLUTA DE POSEER UNAS NORMAS DE CONVIVENCIA BÁSICAS PARA EL MEJOR DESARROLLO DE LA VIDA EN SOCIEDAD.

Me explico y explico la película ( para los que no la hayan visto ).

La acción se situa en un pueblo francés a principios de siglo. En ese pueblo tienen un problema muy grave, los niños son muy traviesos. Los adultos llegan a un punto en el que no soportan más las bromas y gamberradas de los niños del pueblo. Tras reunirse todos, toman una situación muy drástica: abandonar a los niños a su suerte en el pueblo aquella misma noche.

A la mañana siguiente reina el desconcierto, no hay agua para lavarse, no hay desayunos preparados, no hay escuela... Y todos los niños van saliendo de sus casas hasta encontrarse en la plaza, allí descubren una sensación de libertad absoluta que les atrae mucho y les vuelve locos de alegría. Se suceden varias escenas en las que se aprovechan de esa libertad: comen chuches a montones, saquean la tienda de juguetes, incluso montan un cuartel general en un el bar del pueblo.




Es en este momento donde los niños del pueblo se dividen claramente en dos bandos muy diferentes que van a representar los dos lados de la balanza, el bien y el mal.

Por un lado encontramos a los "malos" 

que llaman a la Anarquía absoluta pero tras los que se esconde una dictadura ferrea bajo la "Ley del más fuerte" que en este caso es  OSCAR "EL ROJO"



Este muchacho lidera una banda que se basa en el miedo que inspira su persona en los demás. 

Por otro lado se encuentra el lado de los "buenos"




que se organizan para salvar el pueblo y vivir de una manera más civilizada, en este bando la lider es 




Marianne, que será elegida como representante del grupo en una votación en samblea.

Para nuestros alumnos son muy evidentes las diferencias entre los dos bandos y, apesar de que a ellos lo de estar todo el día de fiesta en el bar, fumando, bebiendo y jugando a ls cartas les parece  el paraiso, entienden que eso conduce al caos y a la autodestrucción. 



La película les ayuda a que vean eso y les refuerza lo positivo que es vivir bajo unas normas de convivencia sólidas y buenas que sirvan para progresar y vivir de manera civilizada.

 Algunos ejemplos de ellos los razonan tras el visionado tan solo tras preguntarles algunas cosas sencillas.

¿Quién manda en cada bando y por qué razón son los que mandan? 

Aquí se dan cuenta de que la ley del más fuerte no sirve para que gobiernen los mejores y, generalmente, esos "más fuertes" gobiernan en beneficio propio y no en el de todos.

¿En qué bando evoluciona su sociedad a mejor, en el anárquico y violento o en el civilizado y organizado?

Obviamente tienen que responder que en el civilizado y organizado por unas normas ya que es lo primero que hace su lider, organizar las tareas y poner unas normas. 

Pero no solo eso, en la película hay muchos detalles muy interesantes como el maltrato a la mujer en el bando violento, la atención a los más necesitados y débiles en el bando civilizado, la necesidad de una educación, de una dieta alimenticia sana, la necesidad de sentir afecto y cariño por los que nos rodean, y un sin fin de buenos valores que hacen de esta película un material buenísimo para trabajar en el aula.

Por desgracia ya sabemos que por muy civilizado que sea una sociedad no está exenta de la violencia y de su extremo más dramático en forma de GUERRA. Y así termina el enfrentamiento entre estas dos sociedades. 


Al final, el lider de los malos sobrepasa un límite gravísimo y dispara con un arma de verdad a un niño encantador que inspira toda la ternura del mundo a los espectadores con sensibilidad. Ahí se ve la autodestrucción de esta sociedad que inmediatamente es derrocada. Los niños se unen en favor del herido y convocan un tribunal en el que los líderes de la pandilla de los malos son juzgados y condenados a colaborar en reconstruir todo lo malo que habían hecho.

Mis alumnos han sacado varias lecciones del visionado de la película entre ellas :

LA COLABORACIÓN ENTRE TODOS AYUDA A HACER LAS COSAS BIEN HECHAS.

ES NECESARIO TENER UNA NORMAS Y UNOS LÍMITES QUE NO SE DEBEN SOBREPASAR PARA NO TENER CONSECUENCIAS GRAVES.

LA ANARQUÍA Y LA FUERZA NO SIRVEN PARA MEJORAR SINO PARA DESTRUIRTE.

Y un largo etcétera de reflexiones que han sacado. Insisto en que para los chicos de PCPI esta peli puede parecer muy infantil, pero le sacan mucho jugo al trasfondo social, por eso la recomiendo con entusiasmo.

Ah, al final vuelven los padres claro está, y la escena del reencuentro es bonita, una guinda para terminar el pastel.

viernes, 6 de mayo de 2011

"Vuelva usted mañana"
(Mariano José de Larra)

  1. Gran persona debió de ser el primero que llamó pecado mortal a la pereza. Nosotros, que ya en uno de nuestros artículos anteriores estuvimos más serios de lo que nunca nos habíamos propuesto, no entraremos ahora en largas y profundas investigaciones acerca de la historia de este pecado, por más que conozcamos que hay pecados que pican en historia, y que la historia de los pecados sería un tanto cuanto divertida. Convengamos solamente en que esta institución ha cerrado y cerrará las puertas del cielo a más de un cristiano.

  2. Estas reflexiones hacía yo casualmente no hace muchos días, cuando se presentó en mi casa un extranjero de estos que, en buena o en mala parte, han de tener siempre de nuestro país una idea exagerada e hiperbólica; de éstos que, o creen que los hombres aquí son todavía los espléndidos, francos, generosos y caballerescos seres de hace dos siglos, o que son aún las tribus nómadas del otro lado del Atlante: en el primer caso vienen imaginando que nuestro carácter se conserva tan intacto como nuestras ruinas; en el segundo vienen temblando por esos caminos, y preguntan si son los ladrones que los han de despojar los individuos de algún cuerpo de guardia establecido precisamente para defenderlos de los azares de un camino, comunes a todos los países.

  3. Verdad es que nuestro país no es de aquellos que se conocen a primera ni a segunda vista, y si no temiéramos que nos llamasen atrevidos, lo compararíamos de buena gana a esos juegos de manos sorprendentes e inescrutables para el que ignora su artificio, que estribando en una grandísima bagatela, suelen después de sabidos dejar asombrado de su poca perspicacia al mismo que se devanó los sesos por buscarles causas extrañas. Muchas veces la falta de una causa determinante en las cosas nos hace creer que debe de haberlas profundas para mantenerlas al abrigo de nuestra penetración. Tal es el orgullo del hombre, que más quiere declarar en alta voz que las cosas son incomprensibles cuando no las comprende él, que confesar que el ignorarlas puede depender de su torpeza.

  4. Esto no obstante, como quiera que entre nosotros mismos se hallen muchos en esta ignorancia de los verdaderos resortes que nos mueven, no tendremos derecho para extrañar que los extranjeros no los puedan tan fácilmente penetrar.

  5. Un extranjero de éstos fue el que se presentó en mi casa, provisto de competentes cartas de recomendación para mi persona. Asuntos intrincados de familia, reclamaciones futuras, y aun proyectos vastos concebidos en París de invertir aquí sus cuantiosos caudales en tal cual especulación industrial o mercantil, eran los motivos que a nuestra patria le conducían.

  6. Acostumbrado a la actividad en que viven nuestros vecinos, me aseguró formalmente que pensaba permanecer aquí muy poco tiempo, sobre todo si no encontraba pronto objeto seguro en que invertir su capital. Parecióme el extranjero digno de alguna consideración, trabé presto amistad con él, y lleno de lástima traté de persuadirle a que se volviese a su casa cuanto antes, siempre que seriamente trajese otro fin que no fuese el de pasearse. Admiróle la proposición, y fue preciso explicarme más claro.

  7. —Mirad —le dije—, monsieur Sans-délai, que así se llamaba; vos venís decidido a pasar quince días, y a solventar en ellos vuestros asuntos.
    —Ciertamente —me contestó—. Quince días, y es mucho. Mañana por la mañana buscamos un genealogista para mis asuntos de familia; por la tarde revuelve sus libros, busca mis ascendientes, y por la noche ya sé quién soy. En cuanto a mis reclamaciones, pasado mañana las presento fundadas en los datos que aquél me dé, legalizados en debida forma; y como será una cosa clara y de justicia innegable (pues sólo en este caso haré valer mis derechos), al tercer día se juzga el caso y soy dueño de lo mío. En cuanto a mis especulaciones, en que pienso invertir mis caudales, al cuarto día ya habré presentado mis proposiciones. Serán buenas o malas, y admitidas o desechadas en el acto, y son cinco días; en el sexto, séptimo y octavo, veo lo que hay que ver en Madrid; descanso el noveno; el décimo tomo mi asiento en la diligencia, si no me conviene estar más tiempo aquí, y me vuelvo a mi casa; aún me sobran de los quince, cinco días.

  8. Al llegar aquí monsieur Sans-délai, traté de reprimir una carcajada que me andaba retozando ya hacía rato en el cuerpo, y si mi educación logró sofocar mi inoportuna jovialidad, no fue bastante a impedir que se asomase a mis labios una suave sonrisa de asombro y de lástima que sus planes ejecutivos me sacaban al rostro mal de mi grado.

  9. —Permitidme, monsieur Sans-délai —le dije entre socarrón y formal—, permitidme que os convide a comer para el día en que llevéis quince meses de estancia en Madrid.
    —¿Cómo?
    —Dentro de quince meses estáis aquí todavía.
    —¿Os burláis?
    —No por cierto.
    —¿No me podré marchar cuando quiera? ¡Cierto que la idea es graciosa!
    —Sabed que no estáis en vuestro país activo y trabajador.
    —¡Oh!, los españoles que han viajado por el extranjero han adquirido la costumbre de hablar mal de su país por hacerse superiores a sus compatriotas.
    —Os aseguro que en los quince días con que contáis, no habréis podido hablar siquiera a una sola de las personas cuya cooperación necesitáis.
    —¡Hipérboles! Yo les comunicaré a todos mi actividad.
    —Todos os comunicarán su inercia.

  10. Conocí que no estaba el señor de Sans-délai muy dispuesto a dejarse convencer sino por la experiencia, y callé por entonces, bien seguro de que no tardarían mucho los hechos en hablar por mí.

  11. Amaneció el día siguiente, y salimos entrambos a buscar un genealogista, lo cual sólo se pudo hacer preguntando de amigo en amigo y de conocido en conocido; encontrámosle por fin, y el buen señor, aturdido de ver nuestra precipitación, declaró francamente que necesitaba tomarse algún tiempo; instósele, y por mucho favor nos dijo definitivamente que nos diéramos una vuelta por allí dentro de unos días. Sonreíme y marchámonos. Pasaron tres días: fuimos.

  12. —Vuelva usted mañana —nos respondió la criada—, porque el señor no se ha levantado todavía.
    —Vuelva usted mañana —nos dijo al siguiente día—, porque el amo acaba de salir.
    —Vuelva usted mañana —nos respondió al otro—, porque el amo está durmiendo la siesta.
    —Vuelva usted mañana —nos respondió el lunes siguiente—, porque hoy ha ido a los toros.
    —¿Qué día, a qué hora se ve a un español? Vímosle por fin, y Vuelva usted mañana —nos dijo—, porque se me ha olvidado. Vuelva usted mañana, porque no está en limpio.

  13. A los quince días ya estuvo; pero mi amigo le había pedido una noticia del apellido Díez, y él había entendido Díaz y la noticia no servía. Esperando nuevas pruebas, nada dije a mi amigo, desesperado ya de dar jamás con sus abuelos.

  14. Es claro que faltando este principio no tuvieron lugar las reclamaciones.

  15. Para las proposiciones que acerca de varios establecimientos y empresas utilísimas pensaba hacer, había sido preciso buscar un traductor; por los mismos pasos que el genealogista nos hizo pasar el traductor; de mañana en mañana nos llevó hasta el fin del mes. Averiguamos que necesitaba dinero diariamente para comer, con la mayor urgencia; sin embargo, nunca encontraba momento oportuno para trabajar. El escribiente hizo después otro tanto con las copias, sobre llenarlas de mentiras, porque un escribiente que sepa escribir no le hay en este país.

  16. No paró aquí; un sastre tardó veinte días en hacerle un frac, que le había mandado llevarle en veinticuatro horas; el zapatero le obligó con su tardanza a comprar botas hechas; la planchadora necesitó quince días para plancharle una camisola; y el sombrerero, a quien le había enviado su sombrero a variar el ala, le tuvo dos días con la cabeza al aire y sin salir de casa.

  17. Sus conocidos y amigos no le asistían a una sola cita, ni avisaban cuando faltaban, ni respondían a sus esquelas. ¡Qué formalidad y qué exactitud!

  18. —¿Qué os parece de esta tierra, monsieur Sans-délai? —le dije al llegar a estas pruebas.
    —Me parece que son hombres singulares...
    —Pues así son todos. No comerán por no llevar la comida a la boca.

  19. Presentóse con todo, yendo y viniendo días, una proposición de mejoras para un ramo que no citaré, quedando recomendada eficacísimamente.

  20. A los cuatro días volvimos a saber el éxito de nuestra pretensión.

  21. —Vuelva usted mañana —nos dijo el portero—. El oficial de la mesa no ha venido hoy.
    —Grande causa le habrá detenido —dije yo entre mí. Fuímonos a dar un paseo, y nos encontramos, ¡qué casualidad! al oficial de la mesa en el Retiro, ocupadísimo en dar una vuelta con su señora al hermoso sol de los inviernos claros de Madrid.

  22. Martes era el día siguiente, y nos dijo el portero:

  23. —Vuelva usted mañana, porque el señor oficial de la mesa no da audiencia hoy.
    —Grandes negocios habrán cargado sobre él—, dije yo.

  24. Como soy el diablo y aun he sido duende, busqué ocasión de echar una ojeada por el agujero de una cerradura. Su señoría estaba echando un cigarrito al brasero, y con una charada del Correo entre manos que le debía costar trabajo el acertar.

  25. —Es imposible verle hoy —le dije a mi compañero—; su señoría está, en efecto, ocupadísimo.

  26. Diónos audiencia el miércoles inmediato, y ¡qué fatalidad! el expediente había pasado a informe, por desgracia, a la única persona enemiga indispensable de monsieur y de su plan, porque era quien debía salir en él perjudicado. Vivió el expediente dos meses en informe, y vino tan informado como era de esperar. Verdad es que nosotros no habíamos podido encontrar empeño para una persona muy amiga del informante. Esta persona tenía unos ojos muy hermosos, los cuales sin duda alguna le hubieran convencido en sus ratos perdidos de la justicia de nuestra causa.

  27. Vuelto de informe, se cayó en la cuenta en la sección de nuestra bendita oficina de que el tal expediente no correspondía a aquel ramo; era preciso rectificar este pequeño error; pasóse al ramo, establecimiento y mesa correspondiente, y hétenos caminando después de tres meses a la cola siempre de nuestro expediente, como hurón que busca el conejo, y sin poderlo sacar muerto ni vivo de la huronera. Fue el caso al llegar aquí que el expediente salió del primer establecimiento y nunca llegó al otro.

  28. —De aquí se remitió con fecha de tantos —decían en uno.
    —Aquí no ha llegado nada —decían en otro.
    —¡Voto va! —dije yo a monsieur Sans-délai— ¿sabéis que nuestro expediente se ha quedado en el aire como el alma de Garibay, y que debe de estar ahora posado como una paloma sobre algún tejado de esta activa población?

  29. Hubo que hacer otro. ¡Vuelta a los empeños! ¡Vuelta a la prisa! ¡Qué delirio!

  30. —Es indispensable —dijo el oficial con voz campanuda—, que esas cosas vayan por sus trámites regulares.

  31. Es decir, que el toque estaba, como el toque del ejercicio militar, en llevar nuestro expediente tantos o cuantos años de servicio.

  32. Por último, después de cerca de medio año de subir y bajar, y estar a la firma o al informe, o a la aprobación, o al despacho, o debajo de la mesa, y de volver siempre mañana, salió con una notita al margen que decía: "A pesar de la justicia y utilidad del plan del exponente, negado".

  33. —¡Ah, ah, monsieur Sans-délai! —exclamé riéndome a carcajadas—; éste es nuestro negocio.

  34. Pero monsieur Sans-délai se daba a todos los oficinistas, que es como si dijéramos a todos los diablos.

  35. —¿Para esto he echado yo viaje tan largo? ¿Después de seis meses no habré conseguido sino que me digan en todas partes diariamente: Vuelva usted mañana? ¿Y cuando este dichoso mañana llega, en fin, nos dicen redondamente que no? ¿Y vengo a darles dinero? ¿Y vengo a hacerles favor? Preciso es que la intriga más enredada se haya fraguado para oponerse a nuestras miras.
    —¿Intriga, monsieur Sans-délai? No hay hombre capaz de seguir dos horas una intriga. La pereza es la verdadera intriga; os juro que no hay otra; ésa es la gran causa oculta: es más fácil negar las cosas que enterarse de ellas.

  36. Al llegar aquí, no quiero pasar en silencio algunas razones de las que me dieron para la anterior negativa, aunque sea una pequeña digresión.

  37. —Ese hombre se va a perder —me decía un personaje muy grave y muy patriótico.
    —Esa no es una razón —le repuse—; si él se arruina, nada, nada se habrá perdido en concederle lo que pide; él llevará el castigo de su osadía o de su ignorancia.
    —¿Cómo ha de salir con su intención?
    —Y suponga usted que quiere tirar su dinero y perderse; ¿no puede uno aquí morirse siquiera, sin tener un empeño para el oficial de la mesa?
    —Puede perjudicar a los que hasta ahora han hecho de otra manera eso mismo que ese señor extranjero quiere hacer.
    —¿A los que lo han hecho de otra manera, es decir, peor?
    —Sí, pero lo han hecho.
    —Sería lástima que se acabara el modo de hacer mal las cosas. Conque, porque siempre se han hecho las cosas del modo peor posible, ¿será preciso tener consideraciones con los perpetuadores del mal? Antes se debiera mirar si podrían perjudicar los antiguos al moderno.
    —Así está establecido; así se ha hecho hasta aquí; así lo seguiremos haciendo.
    —Por esa razón deberían darle a usted papilla todavía como cuando nació.
    —En fin, señor Fígaro, es un extranjero.
    —¿Y por qué no lo hacen los naturales del país?
    —Con esas socaliñas vienen a sacarnos la sangre.
    —Señor mío —exclamé, sin llevar más adelante mi paciencia—, está usted en un error harto general. Usted es como muchos que tienen la diabólica manía de empezar siempre por poner obstáculos a todo lo bueno, y el que pueda que los venza. Aquí tenemos el loco orgullo de no saber nada, de quererlo adivinar todo y no reconocer maestros. Las naciones que han tenido, ya que no el saber, deseos de él, no han encontrado otro remedio que el de recurrir a los que sabían más que ellas.

  38. Un extranjero —seguí —que corre a un país que le es desconocido, para arriesgar en él sus caudales, pone en circulación un capital nuevo, contribuye a la sociedad, a quien hace un inmenso beneficio con su talento y su dinero. Si pierde, es un héroe; si gana, es muy justo que logre el premio de su trabajo, pues nos proporciona ventajas que no podíamos acarrearnos solos. Ese extranjero que se establece en este país, no viene a sacar de él el dinero, como usted supone; necesariamente se establece y se arraiga en él, y a la vuelta de media docena de años, ni es extranjero ya, ni puede serlo; sus más caros intereses y su familia le ligan al nuevo país que ha adoptado; toma cariño al suelo donde ha hecho su fortuna, al pueblo donde ha escogido una compañera; sus hijos son españoles, y sus nietos lo serán; en vez de extraer el dinero, ha venido a dejar un capital suyo que traía, invirtiéndole y haciéndole producir; ha dejado otro capital de talento, que vale por lo menos tanto como el del dinero; ha dado de comer a los pocos o muchos naturales de quien ha tenido necesariamente que valerse; ha hecho una mejora, y hasta ha contribuido al aumento de la población con su nueva familia. Convencidos de estas importantes verdades, todos los gobiernos sabios y prudentes han llamado a sí a los extranjeros: a su grande hospitalidad ha debido siempre la Francia su alto grado de esplendor; a los extranjeros de todo el mundo que ha llamado la Rusia, ha debido el llegar a ser una de las primeras naciones en muchísimo menos tiempo que el que han tardado otras en llegar a ser las últimas; a los extranjeros han debido los Estados Unidos... Pero veo por sus gestos de usted —concluí interrumpiéndome oportunamente a mí mismo— que es muy difícil convencer al que está persuadido de que no se debe convencer. ¡Por cierto, si usted mandara, podríamos fundar en usted grandes esperanzas! [La fortuna es que hay hombres que mandan más ilustrados que usted, que desean el bien de su país, y dicen: "Hágase el milagro y hágalo el diablo." Con el Gobierno que en el día tenemos, no estamos ya en el caso de sucumbir a los ignorantes o a los malintencionados, y quizá ahora se logre que las cosas vayan a mejor, aunque despacio, mal que les pese a los batuecos.]

  39. Concluida esta filípica, fuime en busca de mi Sans-délai.

  40. —Me marcho, señor Fígaro—me dijo—. En este país no hay tiempo para hacer nada; sólo me limitaré a ver lo que haya en la capital de más notable.
    —¡Ay! mi amigo —le dije—, idos en paz, y no queráis acabar con vuestra poca paciencia; mirad que la mayor parte de nuestras cosas no se ven.
    —¿Es posible?
    —¿Nunca me habéis de creer? Acordaos de los quince días...

  41. Un gesto de monsieur Sans-délai me indicó que no le había gustado el recuerdo.

  42. Vuelva usted mañana—nos decían en todas partes—, porque hoy no se ve.
    —Ponga usted un memorialito para que le den a usted permiso especial.

  43. Era cosa de ver la cara de mi amigo al oír lo del memorialito: representábasele en la imaginación el informe, y el empeño, y los seis meses, y... Contentóse con decir: —Soy extranjero—. ¡Buena recomendación entre los amables compatriotas míos!

  44. Aturdíase mi amigo cada vez más, y cada vez nos comprendía menos. Días y días tardamos en ver [a fuerza de esquelas y de volver] las pocas rarezas que tenemos guardadas. Finalmente, después de medio año largo, si es que puede haber un medio año más largo que otro, se restituyó mi recomendado a su patria maldiciendo de esta tierra, y dándome la razón que yo ya antes me tenía, y llevando al extranjero noticias excelentes de nuestras costumbres [de nuestros batuecos]; diciendo, sobre todo, que en seis meses no había podido hacer otra cosa sino volver siempre mañana, y que a la vuelta de tanto mañana, eternamente futuro, lo mejor, o más bien lo único que había podido hacer bueno, había sido marcharse.

  45. ¿Tendrá razón, perezoso lector (si es que has llegado ya a esto que estoy escribiendo), tendrá razón el buen monsieur Sans-délai en hablar mal de nosotros y de nuestra pereza? ¿Será cosa de que vuelva el día de mañana con gusto a visitar nuestros hogares? Dejemos esta cuestión para mañana, porque ya estarás cansado de leer hoy: si mañana u otro día no tienes, como sueles, pereza de volver a la librería, pereza de sacar tu bolsillo y pereza de abrir los ojos para hojear los pocos folletos que tengo que darte ya, te contaré cómo a mí mismo, que todo esto veo y conozco y callo mucho más, me ha sucedido muchas veces, llevado de esta influencia, hija del clima y de otras causas, perder de pereza más de una conquista amorosa; abandonar más de una pretensión empezada y las esperanzas de más de un empleo, que me hubiera sido acaso, con más actividad, poco menos que asequible; renunciar, en fin, por pereza de hacer una visita justa o necesaria, a relaciones sociales que hubieran podido valerme de mucho en el transcurso de mi vida; te confesaré que no hay negocio que pueda hacer hoy que no deje para mañana; te referiré que me levanto a las once, y duermo siesta; que paso haciendo el quinto pie de la mesa de un café, hablando o roncando, como buen español, las siete y las ocho horas seguidas; te añadiré que cuando cierran el café, me arrastro lentamente a mi tertulia diaria (porque de pereza no tengo más que una), y un cigarrito tras otro me alcanzan clavado en un sitial, y bostezando sin cesar, las doce o la una de la madrugada; que muchas noches no ceno de pereza, y de pereza no me acuesto; en fin, lector de mi alma, te declararé que de tantas veces como estuve en esta vida desesperado, ninguna me ahorqué y siempre fue de pereza. Y concluyo por hoy confesándote que ha más de tres meses que tengo, como la primera entre mis apuntaciones, el título de este artículo, que llamé: Vuelva usted mañana; que todas las noches y muchas tardes he querido durante ese tiempo escribir algo en él, y todas las noches apagaba mi luz diciéndome a mí mismo con la más pueril credulidad en mis propias resoluciones: ¡Eh, mañana le escribiré! Da gracias a que llegó por fin este mañana, que no es del todo malo; pero ¡ay de aquel mañana que no ha de llegar jamás!

(El Pobrecito Hablador, enero de 1833)

martes, 26 de abril de 2011

ORÍGENES DEL TEATRO - GRECIA Y LA TRAGEDIA

La RAE define tragedia como: Obra dramática cuya acción presenta conflictos de apariencia fatal que mueven a compasión y espanto, con el fin de purificar estas pasiones en el espectador y llevarle a considerar el enigma del destino humano, y en la cual la pugna entre libertad y necesidad termina generalmente en un desenlace funesto.

Simplificar esta definición hasta el punto que nos pone el libro: conflicto muy grave con un final también muy triste, me parece simplificar demasiado las cosas.

Por eso y para que se entienda el origen del teatro y el significado de tragedia pongo un video que encontré en internet y que me parece muy apropiado al nivel.

¿Relacionarías la palabra TRAGO con el teatro?

¿Y la palabra HIPÓCRITA?

Algo más relacionado nos parece la palabra ODA y sin embargo todas tienen que ver con el origen del teatro y la tragedia griega.

El video que pongo a continuación lo explica muy bien. Espero que os guste.








Si os intereresa el tema existen más partes del video en Youtube, aquí abajo coloco los enlaces para verlas en orden.

http://www.youtube.com/watch?v=gSquamdwsJw&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=9qbVdjYutMg&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=038vQ1kGdt4&feature=related







Alineación al centro

domingo, 20 de febrero de 2011

REINO ANIMAL

Acabamos de ver estos días el Reino Animal. La experiencia ha sido positiva para los alumnos y para el profesor. Algunos descubrimientos sorprendentes han sido los tardígrados, esos animales microscópicos conocidos como "osos de agua" que son ultrasupervivientes a cualquier ambiente, incluso al vacio, ¡ESPECTACULARES!

Algunas imágenes, videos y páginas con las que hemos flipado por este animal se encuentran en estas direcciones:

http://rupcultura.wordpress.com/2010/09/28/seres-extraordinarios-los-tardigrados/

http://www.youtube.com/watch?v=um79Ddw4m4A

Incluso "Cuarto Milenio" les dedica unos videos bastante chulos. (Se puede llegar a ellos enlazando el video de YouTube).

Pero a lo que íbamos. Además de sorpresas y curiosidades hemos estudiado la teoría pura y dura sobre la taxonomía animal. El libro que sigo ( EDITORIAL PARANINFO) no trae ningún refuerzo audiovisual ni tecnológico, asi que me he tenido que volver a currar las diapositivas como en años anteriores para que los alumnos vieran más que palabras sobre estas maravillas de la naturaleza.

Las imágenes están todas en internet y el texto es el del tema de la editorial.

El objetivo de esta presentación como el de cada uno de los temas que tratamos en naturales es que se den cuenta de la multitud de seres vivos con los que compartimos este pequeño planeta y que se den cuanta también de que no somos el ombligo de la naturaleza, sino más bien un doloroso y molesto grano en el .... que le ha salido a la pobre.

Espero que os gusten las fotos. A ellos parece que les han servido bastante porque las notas con respecto a otros años han sido muy superiores.

Aquí dejo el video. Intentaré subir la presentación de diapositivas al Slideshare.




jueves, 17 de febrero de 2011

SOBRE LA DESCRIPCIÓN 2

Decíamos ayer ...

El caso es que pensé que escribir en el blog iba a ser más fácil. Ahora admiró más el trabajo de tanta gente que con tanta frecuencia comparte sus conocimientos, intereses y pensamientos con todos nosotros.

A lo que iba, decíamos ayer que las descripciones que habían hecho mis alumnos sobre las caras propuestas eran muy variopintas ( recomiendo leer el artículo anterior: "Sobre la descripción")
Tomé como ejemplo las de un alumno. ( Sé que a muchos de vosotros este método no os va a gustar) pero por supuesto sin decir de quien eran (él tampoco lo dijo, ni me recriminó nada en público ni en privado, más bien creo que aprendió algo más sobre la descripción ese día que si no le hubiera tomado a él por ejemplo).

La descripción a la cara uno era la siguiente:

"tiene una cara de payaso, con ojos grandes, labios deformados y orejas grandes, las cejas las tiene alargadas".

Esta texto era tan poco específico que bien podía describir a la cara que yo le había dado o a cualquiera de estas :



Es más, con esa misma descripción podría cuadrar una imagen tan diferente a la original como esta otra:



Igual es el momento de recordar el original:



Sí que es cierto que tiene cara de payaso, con ojos grandes, labios deformados y orejas grandes con las cejas alargadas, pero faltan datos clave como los que inician las descripciones policíacas de las películas y las series de televisión:

Hombre, blanco de cuarenta y...

a partir de aquí añadimos detalles, pero si no nos centramos en un ser en concreto y qué tipo de ser es, nos resulta muy difícil hacernos una idea. Detalles como el color de la piel, la edad , el color del pelo, el peinado que tiene, la constitución física, etc, ayudan a mejorar la descripción básica de la cara. Después sería el momento de entrar en detalles como la naríz de payaso, la mueca, los ojos saltones, etc.



lunes, 10 de enero de 2011

SOBRE LA DESCRIPCIÓN

Uno de los objetivos fundamentales que me he propuesto con los alumnos este año es que sepan redactar correctamente cualquier texto que se les proponga. Anteriormente realizamos una historia sobre periodistas y bomberos que no dio muy buenos frutos, pero que para ser la primera no estuvo mal.

En el maravilloso blog de Estrella López Aguilar "La tribu del P.C.P.I." que leo asiduamnete vi una actividad que había realizado con sus alumnos sobre la descripción de personajes famosos. Pensé yo en hacer lo mismo con caras anónimas de tres personas bien distintas, he aquí a las tres:



Cuando pones en Google la palabra "cara" o "retrato" no pasan ni diez segundos sin que encuentres algunas imágenes de lo más descriptivo, pero yo quería que fueran personas normales aunque con alguna característica propia en la que fijarse: la nariz de payaso del hombre, la expresión asustada del niño, o el larguísimo cuello de la mujer.

Pero las descripciones fueron muy variopintas.

En el siguiente artículo cuento lo sucedido. Mientras tanto os animo a que vosotros mismos realicéis las descripciones de estas tres personas.